Un día bajaste del cielo,
y te mezclaste con brasas,
y de allí salió el dorado,
que en tus ojos hoy descansa.
Vuelas por nuestro gran mundo,
con alas de marihuana,
quejándote de la guerra,
que no crece entre tus plantas.
Protestas por injusticias,
y no te faltan razones,
pero las callan la iglesia,
políticos y ladrones.
Llamaste a la voz del pueblo,
a que dieran opiniones,
tristes bajaron miradas,
y volvieron a peones.
Pero que imagen damos,
a la reina de los cielos,
arrancándote las alas,
y prohibiendo tu consuelo.
Alzamos a falsos dioses,
de rodillas cara al suelo,
guerreamos en sus batal